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miércoles, 7 de marzo de 2012

Como gestionar un fracaso, la metáfora del destornillador

Ayer al medio día, no pude evitar tumbarme un rato en el sofá, con las consecuencias que eso me trae por la noche. El caso es que me tiré en él, durante unos maravillosos sesenta minutos.
Por la noche, como era de esperar, no podía dormir, y dando vueltas en la cama, me vinieron a la cabeza, el montón de estupideces que he escuchado desde pequeño sobre el tema de los fracasos. Qué si no estudias serás un fracasado, que si la sociedad te va a apartar si fracasas...etc...sobre todo en el terreno del deporte, que siempre tienen relacionado el éxito con triunfar en la vida...si no ganas, eres un fracasado...en fin.
No sé por qué, pero mi cerebro relacionó el fracaso con un destornillador. Esto debe ser a causa de un golpe que me di de pequeño en la cabeza y perdí el conocimiento...desde entonces, ya no quedé bien.
El caso, es que me vi en mi cocina, con una caja de herramientas, una escalera, y una rejilla  de extracción de aire, que estaba en el techo y que tenía que desmontar.
Abrí la escalera, abrí la caja de herramientas y cogí un destornillador de punta de estrella para aflojar los cuatro tornillos de la rejilla. Al subir por la escalera y ponerme delante de la rejilla, vi que los tornillos de ésta, eran para un destornillador de punta plana.
Una vez arriba, noté un pequeño enfado, por el fallo que había tenido...pero ¿cómo gestioné el fracaso?...¿tiré el destornillador a la basura?...¿le insulté...(esto es una cosa que solemos hacer con los objetos inanimados...insultarles cuando fallan, supongo que es para que se sientan mal)...¿me enfadé conmigo mismo?...¿me insulté?...
No, lo que hice, es tomar conciencia de lo cerca que estaba del éxito a partir de ese momento. Ya que ese error, me hizo ver que lo que necesitaba para solucionar el problema, era un destornillador de punta plana.
Bajé de la escalera, y guardé el destornillador de punta de estrella en el mismo sitio de donde lo cogí. ¿Por qué no lo tiré a la basura si no me sirvió?...porque lo mas seguro es que otro día me haga falta para aflojar algún tornillo de cabeza de estrella.
Cogí un par de destornilladores de punta plana de diferentes medidas, para no volver a fallar, subí de nuevo por la escalera y aflojé la rejilla, terminando el trabajo.
La metáfora, es bastante clara. La gracia de todo esto, es que no debemos tomarnos los fracasos como derrotas, si no, como nuevos conocimientos que nos acercan al éxito.
Si olvidamos este fracaso, como algunas personas recomiendan, nos olvidamos del aprendizaje de ese momento. Hay que recordar el fracaso obviando el momento de angustia y recordando la lección aprendida.
Si olvidamos el fracaso al completo, lo único que nos puede pasar, es que volvamos a tropezar de nuevo con la misma piedra.
Conozco a personas que llevan muchos años fracasando en lo mismo, como padres, como profesionales, o como parejas, y esto es porque no aprenden la lección del momento, cuando tienen el fracaso por primera vez.
Quizás les faltó hacerse la siguiente pregunta cuando fracasaron:

¿Qué es lo que has aprendido hoy?




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