El marido le pregunta a su mujer:
- Cariño, ¿por qué siempre le cortas las patas al pavo?
La mujer le responde:
- Porque se tiene que hacer así. Mi hermana mayor me lo enseño de esta forma, y siempre me ha ido bien.
Cuando llega la hermana para la cena, el marido muy curioso, se acerca a su cuñada y le pregunta:
- Oye, ¿por qué le cortáis tú y tu hermana las patas al pavo?
Y la cuñada responde:
- Pues porque yo veía a mi madre hacerlo todas las Navidades de esa manera y siempre me ha ido bien así, por eso se lo enseñé a mi hermana.
Cuando llega la anciana madre a la cena, el yerno muy curioso le pregunta a su suegra:
- Señora, ¿por qué sus dos hijas le cortan las patas al pavo?. Ellas comentan que lo hacen porque la veían a usted hacerlo todas las Navidades.
La mujer riéndose a carcajadas, le comenta a su yerno:
- Mira hijo, yo le cortaba las patas al pavo, porque los hornos de mis tiempos eran mucho más pequeños que los que tenéis ahora en las cocinas. Entonces el pavo entraba mucho mejor...
Moraleja:
Hay que probar siempre cosas nuevas, sin que nos preocupe fallar. Lo que nos enseñaron en su momento, seguro que estaba genial, pero puede ser que al cambiar los tiempos, se tengan que hacer las cosas de forma diferente para ser más eficaces.
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